El Museo Nacional de Artes Decorativas, otra reliquia de La Habana

El Museo Nacional de Artes Decorativas, otra reliquia de La Habana

Es uno de los siete museos de artes decorativas que existen en Cuba. Ubicado en la capital de Cuba, conserva más de 33 000 piezas de alto valor histórico y artísticos. Hay piezas del Art Decó, Rococó, Ecléctico, Art Nouveau, Imperio, Regencia, arte chino y europeo y mucho más.

Lo primero que llama la atención es la bellísima casa, ubicada en la zona céntrica de El Vedado, justo en la calle 17 y D. Construida entre 1924 y 1927, el inmueble perteneció a una de las familias más adineradas de la época, los Gómez, también dueños de la Manzana de Gómez, hoy Hotel Manzana Kempinski.

Exactamente, en lo que hoy es Museo Nacional de Artes Decorativas vivió María Luisa Gómez Mena, condesa de Revilla Camargo, casada con el industrial español Agapito Cagiga, conde de Revilla Camargo. Y lo hizo diez años después de su construcción cuando el habitante primero, su hermano José, se mudó a los terrenos cercanos al Miramar Country Club. La condesa vivió en el palacete hasta 1959, cuando se fue de Cuba y dejó a su sobrino a cargo de su patrimonio. Dos años después, en 1961, el joven se marchó igualmente y la casa pasó al Estado cubano.

La Condesa encontró perfecto el inmueble pues el espacio era ideal para guardar su amplísima colección de arte francés y oriental de los siglos XVIII y XIX, la cual llega hasta nuestros días como la colección del Museo Nacional de Artes Decorativas.

La mansión fue diseñada por los arquitectos franceses P. Virad y M. Destugue y su alrededor están ubicados unos jardines que se ven desde el exterior. A la derecha de la casa, el Jardín de las Estaciones, con sus inmensas esculturas de mármol italiano del siglo XIX y que son alegorías a la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Y a la izquierda, el Jardín de la Noche, con esculturas de inspiración rococó y neoclásica.

No fue hasta el año 1964 que la mansión se convirtió en museo y comenzó a exhibir una valiosa colección de muebles, vajillas, adornos y esculturas. Pero lo que allí se resguarda no es solo el patrimonio de la Condesa de Revilla Camargo. Allí están sus colecciones de abanicos, orfebrería, muebles y vajillas, pero también hay piezas provenientes de las colecciones del conde de Jaruco, de Oscar Cintas y de Elena Fernández de Guevara.

Destacan varios ejemplares: el secretaire que perteneció a la reina María Antonieta en el Palacio de Versalles, hecho por Henri Riesener y una mesa guèridon veneciana del siglo XIX realizada en madera estofada y policromada, cuya tapa tiene un diseño de taracea hecho con mármoles italianos.

Pero aún hay más. Tiene salas en los dos pisos de la casa. En la planta baja, hay vestíbulo, el salón principal, el Salón de Lacas Chinas y un amplísimo comedor con mesa ajustable para 38 comensales. Está diseñada al estilo Regencia, con mármoles italianos que recubren las paredes y además de la elegantísima vajilla alemana, francesa, china e inglesa ubicada sobre la mesa, hay esculturas de bronce y mármol que decoran la habitación. Resalta un reloj cartel con bronce y maquinaria hecha por el relojero del rey Luis XV.

La segunda planta expone piezas de porcelana francesa, alemana y la colección de art noveau y arte decó. Allí se ubica el Salón de Sèvres, el Salón Inglés, el Boudoir -ambientado al estilo del Segundo Imperio Francés-, el Salón Neoclásico -antiguo dormitorio de la condesa-, el ecléctico, el oriental y el baño, hecho al estilo francés y con sus lámparas de Sabino, hechas especialmente para la casa. Son piezas únicas en Cuba y el mundo.

El museo posee curiosos objetos y muebles de las renombradas manufacturas inglesas Derby, Chelsea, Wedgwood, Worcester y Staffordshire y de las francesas Sèvres, París, Chantilly y Limoges. De hecho, el Salón Sèvres exhibe una mesa auxiliar realizada por Adam Weisweiller con placas de biscuit y cubierta de lapislázuli.

Hay plata inglesa, alfombras, butacas talladas a mano y piezas que proceden de los reinados de Luis XV, Luis XVI y Napoleón III y piezas orientales de los siglos XVI al XX. Muchas de estas últimas, están agrupadas en el Salón de las Lacas Orientales. A la vista de todos, una colección de parabanes chinos de los siglos XVII, XVIII y XIX, una mesa laqueada con incrustaciones en nácar y malaquita y un librero realizado en hueso y marfil, con temática floral. El otro espacio, denominado, Salón Oriental, muestra una alfombra persa del siglo XVIII, peceras de gres vidriado con motivos florales del período Ming, un escritorio japonés de madera de cerezo y varios candelabros de jade chino.

La casa que hace más de 55 años fuera visitada por los duques de Windsor, la duquesa de Alba y los condes de Barcelona, es hoy uno de los museos más lujosos de La Habana y de Cuba. El Museo Nacional de Artes Decorativas es una muestra de los más diversos estilos artísticos y otro de los sitios históricos de la capital de Cuba, próxima a cumplir 500 años. 

Fuente: Excelencias News Cuba