Trinidad de Cuba en la mira de los artesanos del mundo

Trinidad de Cuba en la mira de los artesanos del mundo

Elizabeth Borrego
  • Trinidad se confirma en toda su evolución como una ciudad marcada propiamente por los trabajos artesanales. (Foto: Elizabeth Borrego)
    Trinidad se confirma en toda su evolución como una ciudad marcada propiamente por los trabajos artesanales. (Foto: Elizabeth Borrego)

La tercera villa cubana aspira sumarse este año a las pocas de Latinoamérica y el mundo designadas como Ciudad Artesanal del Mundo.

La riqueza inmaterial de la villa de Trinidad podría convertirla próximamente en una de las ciudades del mundo reconocidas por el Consejo Mundial de Artesanías como guardianas de tradiciones ancestrales.

La tercera urbe establecida en Cuba aspira sumarse este año a las pocas de Latinoamérica y el mundo designadas como Ciudad Artesanal del Mundo, condición que otorga dicho organismo (WWC por sus siglas en inglés) adscrito a la Unesco.

Luego de recorrer calles empedradas, edificaciones de estilo neoclásico, plazas de los siglos XVII y XVIII, un grupo de expertos del WWC reconocieron aquí los valores artesanales de una herencia ancestral: los trabajos de lencería trinitarios.

En declaraciones a Prensa Latina, el presidente de WWC para América Latina, Alberto de Betolaza, aseguró aunque se trata de un proceso largo para su confirmación, la ciudad parece una fuerte candidata.

Me ha sorprendido el trabajo de rescate de las artesanas con esa actividad. Todo lo que nos han contado tiene un gran valor, sobre todo porque es una tradición que se fue desvaneciendo y ahora se retoma, declaró el experto.

Según de Betolaza, en la medida que aparezca una designación de Ciudad Artesanal, red mundial formada por una treintena de ciudades en países como India, China, Irán, Chile o Dinamarca, será mayor el interés por la cultura trinitaria.

Ubicada en el centro sur de Cuba y perteneciente a la provincia de Sancti Spíritus, Trinidad es considerada además uno de los más importantes destinos turísticos de la mayor de las Antillas.

Va aportarle más beneficio a la villa -Patrimonio de la Humanidad por sus valores históricos y arquitectónicos-, pues las técnicas artesanales forman parte importante del acervo cultural aquí.

Lo que esperamos es justamente que contribuya a ser que más gente venga a Trinidad, que esta parte de la historia se convierta en una pieza clave de lo que va a suceder en adelante como sustento económico y valor cultural, agregó.

La evaluación de la tercera villa cubana incluye ahora la discusión del informe elaborado por el comité, integrado además por la cubana Mercy Correa, vicepresidenta de la WCC para el área y la chilena Bárbara Velasco, miembro de dicho organismo.

AGUJAS E HILOS PARA CONTAR CIUDAD

Con más de 500 años de historia, la otrora villa de la Santísima Trinidad atesora un amplio catálogo de tradiciones artesanales que datan de la época colonial donde se incluyen la ebanistería, trabajo con yarey, alfarería o pinturas murales.

Según Cristina González, a cargo del expediente de postulación de la tercera villa cubana, Trinidad se confirma en toda su evolución como una ciudad marcada propiamente por los trabajos artesanales.

Creo que la artesanía, sus historias y la laboriosidad de los trinitarios están en toda la ciudad. Desde el techo de alfarje, los pintores populares de la cenefa, los alarifes que construyeron las calles de piedra y los carpinteros encargados de los alfarjes en los techos coloniales, asevera.

El expediente presentado en 2015 al WWC tuvo en cuenta todos estos aspectos, comenta la especialista de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (Acaa) en entrevista con Prensa Latina.

Sin embargo, luego de las investigaciones comprobamos que el bordado o los textiles resultan los trabajos más arraigados en la urbe, con una evolución presente en el habla, los adornos de casa, la rutina de las mujeres e incluso de hombres.

Es por ello que la nominación de Trinidad ante el organismo internacional pretende nombrarla Ciudad Artesanal de la Aguja, como reconocimiento especial a la preservación de saberes manuales asociados a la lencería.

Se trata de un fenómeno demasiado cultural para obviarlo, agrega. Desde el libro Las artes industriales en Cuba, escrito en la primera mitad del siglo XX por Anita Arroyo, se mencionan puntos como la regañona, el ojito de la perdiz, la trinitaria, elemento muy fuertes de identidad.

En su evolución hasta la actualidad, los deshilados, bordados y tejidos ha resultado también una actividad económica importante para las familias trinitaria siempre vinculado a la herencia cultural.

Así lo confirma el trabajo que hoy mantienen la artista plástica Yudit Vidal Faife o las artesanas Mery Viciedo y Olga Kabanova, dedicadas además a la transmisión de saberes en talleres y cursos.

Es muy fuerte en la calle, te das cuenta que prevalece con más o menos calidad, pero prevalece siempre, explica Cristina González.

Siempre se practicó mucho el frivolité y el crochet, pero en estos tiempos se han retomado muchos otros puntos. Hemos investigado, leído, revisado técnicas antiguas que se transmiten ahora en talleres y piezas.

Gracias a la vinculación con en el Fondo Cubano de Bienes Culturales, la Acaa, la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y la universidad local, la práctica de la lencería trinitaria cobra fuerza.

Esto ha ampliado el espectro, no creo que haya otros talleres en Cuba que tengan la seriedad que tienen aquí, donde los mejores alumnos reciben el aval de la universidad.

Me parece lindísimo que la gente se preocupe por investigar, buscar, ir a los museos, mirar técnicas, puntos y hacer de esto una parte del futuro de Trinidad, comenta al respecto el presidente del WWC en la región.

El renacer de estas tradiciones fortalece la economía y la cultura aquí de una manera única, dijo además. El trabajo ahora es para su conservación, concluyó.

Fuente: Escambray

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