XXI Salón Provincial de Artesanía Artística

El XXI Salón Provincial de Artesanía Artística convocado por la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) en su filial villaclareña continúa despertando el interés de diversos segmentos de públicos, ello se asienta en una riquísima historia que recoge momentos claves desde sus días fundacionales, marcados por innumerables carencias e inexperiencias, hasta la consolidación de una institución que resulta importante para buena parte del movimiento artesanal y plástico de nuestro territorio.

Los análisis que podamos realizar acerca de los diferentes aspectos que se articulan para la realización de un salón de esta naturaleza, deberán pasar obligatoriamente por la comprensión del papel desempeñado por numerosos factores socioculturales y económicos de la Cuba de hoy: la adecuación al contexto nacional e internacional, una ética comprometida con el proyecto humanista en que crecemos como persona y como artista, el sentido de la competencia en aras de la calidad y la formación estética de la sociedad, la pertinencia enclavada en sus basamentos legales de carácter cultural y económico, asi como la creatividad, capaz de sortear el mal gusto y erigirse en contrapartida de las urgencias materiales ante la explosión de formas de empleo donde existen denominaciones artesanales.

La complejidad en que se inserta el creador de la artesanía artística se halla mediada por esos elementos los cuales determinan la tendencia a la disminución cuantitativa como respuesta a la convocatoria, aunque sin notables diferencias con respecto a la edición anterior. Lo verdaderamente válido no reside en la cantidad de las obras admitidas, aunque es bueno significar el incremento en las manifestaciones piel, talla y cerámica, lo importante es la preservación de la calidad de las piezas en concurso. Algunos nombres relevantes, por fuerza mayor, han decidido no participar dejando espacio para el realce fundamentalmente de los aficionados, presentes en algo más de un treinta porciento.

El Salón será igualmente una fiesta para los amantes del arte en general, el gran público espera con ansiedad su apertura porque es el momento ideal para sentirse representado, hacerlo suyo y ser protagonista en dar continuidad a la artesanía que es y seguirá siendo el alma de los pueblos.

MSc Walfrido J. Revilla Rondón

Concluyó en Matanzas la IX edición de Puro Arte. Pasión por la artesanía. El reconocido festival tuvo entre sus peculiaridades la presentación de una colección de marquillas acertadamente recreadas en pachtwork por los miembros del Grupo Amigos de la Aguja, dirigidos por el experimentado artesano y profesor Alberto Vázquez, miembro de la Sección de Parche de la Filial Habana de la ACAA.

Puro Parche, formada por diecisiete tapices, se expuso en la Galería La Vitrina de la Casa de la Memoria Escénica con un notable éxito de opiniones y admiradores que destacaron preferencias para los trabajos La Gloria, de María Catalina Hernández; F. Solaun, de Alberto Vázquez; Konuko, de Isabel Torres; La bella Otero, de Leonor Bandrich; Baire, de María de los Ángeles González; La Alianza, de Yosmany González; y La Democracia, de Teresa Lemus.

Otro momento memorable lo constituyó la fusión del encuentro entre Amigos del Club de Fumadores Alejandro Robaina y la tarde de poesía dedicada al Bicentenario del natalicio del ilustre poeta matancero José Jacinto Milanés. La degustación de puros habanos en la terraza de la sede de la ACCA matancera se acompañó de coctelería cubana y se sublimizó con una descarga de versos a cargo de Rolando Estévez e Israel Domínguez, lo que devino todo una lúdica velada de exaltación a los buenos placeres.

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