Desafíos, del artesano artista matancero Luis Octavio Rodríguez

Galería José Miguel Gonzalez, Colón

A la apertura de la muestra asistió Rubén del Valle Lantarón, Presidente del CNAP, y la destacada artista de la plástica Zaida del Río.

Después de fungir por una década en roles organizativos y promocionales a favor de la obra de sus colegas artesanos, hoy Luis Octavio nos presenta el desafío personal de una exposición. Consolida así una etapa significativa de su vida y se asienta en los umbrales de las posibilidades que abren al desarrollo de su propuesta artística.

Luis Octavio pertenece a la manifestación que reconoce la Asociación de Artesanos Artistas como trabajo en piel, y es en esta donde incide con un hacer distintivo y un método muy particular.

Su manera de tratar el material va más allá de la tradición utilitaria que este implica, emplazando las piezas artísticas en el terreno de lo decorativo y elevándolas a niveles certe-ramente estéticos. Su método apela a una paciencia que manifiesta un conocimiento profundo de las posibilidades expresivas de la textura, la composición y el color; logrando un efecto táctil y una sintonía visual que se equipara a la plasticidad expresiva de las mejores obras del universo artístico.

Las superficies de sus jarrones y vasos de referencia grecolatina, realizadas a partir de la yuxtaposición de piezas diminutas de diferentes tonos cromáticos, por momentos engañan a la vista cual si fueran superficies grabadas, y es entonces donde nos sitúan en una particular aprehensión del universo visual y en una estética trasgresora de índole decorativa.

Esta muestra hace gala de los conocimientos adquiridos tanto técnicos como artísticos y con ellos, del espacio creativo conquistado. El desafío artístico no es solo reproducir y evocar la magnífica elegancia de los vasos clásicos griegos, sino hacerlo en un material usualmente relegado al terreno utilitario y elevarlo a una condición donde esa misma evocación puede traslucirse en una concienzuda intuición de la voz expresiva nacida de la espiral creativa visionada y concretada por el autor.

En el caso de las máscaras, estamos en presencia de otra rama experimental, pues esta vez, Luis Octavio ensambla a la piel mate-riales naturales y fibras que confieren una riqueza particular, a la vez que consiguen remitirnos a estadías temporales primigenios donde la naturaleza rige y dispone el contraste y el azar como elementos que confirman un determinado estatus estético.

Desafíos nos reta y nos propone dos puntos de partida. Uno comprometido con el hecho de enfrentar la continuación de una carrera artística, y otro mucho más complejo que apela al reordenamiento de la valoración estética de un material relegado a otros fines. Con esta exposición que hoy Luis Octavio nos presenta, el trabajo en piel se incorpora sin preámbulos a intereses de naturaleza plenamente artística. 

 

Helga Montalván. Crítica de arte